miércoles, 9 de septiembre de 2009

Atiborrados de olvido.

En esos campos había tramado mis penas
sus hilos toscos, ásperos de dolor,
allí donde los ángeles se olvidaron de los niños.

En esos campos, donde las mujeres, tristes y solas,
estiraban sus brazos a un cielo hostil e inexistente,
allí, donde los hombres habían muerto: sus hombres.
Donde buscaron alivios a sus nadas insoportables.

En esos campos, donde esa lluvia sin magia, sin amor.
Allí, borrando, lavando esa sangre, a esas mujeres.
Quítenmela de encima! Quítenmela de dentro!
Las mujeres, allí donde lo perdieron todo: a sus hombres.

En esos campos, donde los niños se arrastran,
allí donde los ángeles voltean sus alas, ignorándolos.
Dónde quedó ese dios?
Dónde se fueron sus vidas?
Las mujeres solas, los niños de hambre, los hombres muertos.

En esos campos, donde solo existe la gente olvidada...

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